Y el silencio me llevó al para qué
¿Para qué?
¿Cuál es el sentido de nuestra existencia?
Me sé muchas teorías y concluyo (porque me hace sentido) que venimos a darnos.
Pero ¿Qué es darnos? ¿A quién? ¿Cómo? ¿En qué forma?
No podemos dar lo que no tenemos, por lo tanto, si damos es porque lo tenemos.
Entonces, ¿qué estoy dando?
¿Cómo sé que eso es suficiente? ¿Hasta dónde?
A quienes nos han enseñado a “amar hasta que duela”, ¿será que tiene que doler? ¿Si no duele no cuenta?
Pero, ¿Qué es lo que cuenta? ¿Cómo se mide?
¿Cuál es la rúbrica para la evaluación?
¿Cómo me saco 10? ¿Me quiero sacar 10? ¿Para qué?
¡Para ser la mejor versión de mi misma, por supuesto!
Pero, ¿Cómo sé cuál es esa?
¿Cuándo sabré que la alcancé?
Pero, ¿para qué la quiero alcanzar?
¿No será eso seguir queriendo y si quiero no tengo?
Y si no tengo, ¿cómo lo doy?
Y si no lo estoy dando, ¿para qué mi existencia?
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