Hoy en mi trabajo personal con mi súper coach Mariana Fresnedo (gracias güera por tanto), me puso a pensar en el tiempo y eso me llevó a pensar qué hago yo por presión de tiempo, cómo reacciono ante esta presión y cómo afecta mi vida.

Claramente la primera problemática con el tiempo es el reloj. Esta radica no en el número que marca o en planear y tener una rutina sino en cómo dejo que influya mi vida.

Algo que a mi me pasó al principio de la cuarentena fue atascarme de cosas. La verdad es que si me daba tiempo de hacerlas todas, pero haciendo conciencia de eso, me di cuenta que era más por presión de “tener que aprovechar para hacer cosas” que realmente por el placer de hacerlas.
En ese momento me topé (sincronías!!gracias Enrique) con un texto que decía que a veces tienes que darte permiso de hacer NADA. Hacer nada es soltar la necesidad de hacer y solo ser. ¡¡Wow!!
Pero entonces ahí ¿qué pasa con el tiempo? ¿A dónde se va cuando dejo de hacer?

¿Qué tanto vives en modo “tengo que hacer”? ¿Qué cosas acabas haciendo por deber? ¿Cómo te afecta vivir así? ¿Cuánta felicidad obtienes de lo qué haces?
¿Qué estás empeñando?
Si haces nada
¿qué crees que vas encontrar?